[Blog] Made in… #Brisbane
Alguna que otra vez nos gusta contar historias, biografías, conociendo pero tambien todo aquello que no pasa exclusivamente dentro del court. Luciano Scandizzo, fue acreditado por El Tenis Que No Vemos a Brisbane y también lo hará en el Australian Open. “Lucho”, nos traerá un mini-blog con todo eso que en la televisión no se ve.
Brisbane, a pesar de ser la tercera ciudad más poblada de Australia luego de Sidney y Melbourne, es una ciudad tranquila con una población mayormente envejecida. Se encuentra atravesada por el río Brisbane, lo que hace que el ferry sea un transporte público más para sus habitantes. Nuestro alojamiento se encuentra en el centro de la ciudad, lejos del Queensland Tennis Center donde se disputa el torneo al Sur de la ciudad.
Para llegar hasta el complejo debemos tomarnos un ferry y luego un tren, tardando aproximadamente unos 50 minutos. En la ciudad se ha publicitado mucho el torneo, la misma voz del tren que avisa a qué estación estamos llegando advierte a los pasajeros de que en la estación “Yerongpilly”, hay que bajarse si uno tiene los tickets para ver el torneo. Por otro lado, uno de los beneficios que ofrece el torneo es que aquellos que tienen entradas no abonan el transporte público.
Ni bien se llega al complejo ya se respira tenis, más bien uno ya respira el Australian Open. El mismo color de las canchas, las mismas pelotas, el mismo clima, entre otras cosas. En el sector de información regalan al público bandanas y muñequeras con el logo del torneo, aunque si uno quiere un regalo más sofisticado debe ir a comprar al store. Allí uno puede encontrar remeras a 35 dolares australianos ($400 aproximadamente), toallas a 40 dólares australianos ( al cambio unos $500 ) y otras cosas para llevarse de recuerdo.
Otra cuestión que nos llamó la atención del torneo es que sus tres canchas principales (Pat Rafter Arena, Show Court 1 y Show Court 2) están techadas. Pero sus techos no son corredizos y no cubren la totalidad del estadio. Esto hace que si está lloviendo muy fuerte los partidos deban suspenderse ya que el agua entra por los costados.
Lo primero que hicimos fue ir a ver a Gustavo Fernández, quien estaba jugando un partido exhibición en la cancha número dos. El “lobito”, ganó fácil su partido. Luego del mismo, me quedé hablando un poco con su entrenador Fernando San Martín, quien nos contó que la semana que viene que viene se van a “Sydney a jugar un Súper Series para ponerse a punto de cara a lo que será el Australian Open, el objetivo principal de Gustavo”.
Más tarde fuimos a conocer la sala de prensa. La misma cuenta con pantallas que muestran los partidos en las principales dos courts y otra pantalla con los livescore de todas las canchas. En general cada torneo tiene su caterering pero me sorprendió gratamente, la variedad de la comida como su elaboración, tanto en el almuerzo como en la cena. Encontramos carne, pollo, pastas y para el postre se podía elegir entre algo dulce o una fruta. En el torneo local que tenemos en argentina si no es en el VIP, solo se ofrecen bebidas y por la tarde sandwiches de jamón y queso.
El público australiano es muy amable y muy correcto cuando se encuentra en una cancha de tenis, aunque no por eso dejan de apoyar y gritar por sus jugadores. El plato principal del día fue el partido entre el español Rafael Nadal y el canadiense Milos Raonic. Me sorprendió que la gente no esté mayoritariamente a favor de Nadal, aunque rápidamente me di cuenta que Milos había ganado la edición pasada y que es muy querido aquí en Brisbane, a pesar de no contar con un carisma especial. A los fans australianos también les gusta mucho el tenis femenino. Las canchas están repletas tanto para ver a las mujeres como a los hombres.
Volvimos tarde a casa, pero muy contentos de nuestra experiencia en nuestro primer día en el ATP y WTA de Brisbane.
Segundo día para nosotros en el Brisbane International. Las semifinales masculinas y la final femenina nos esperaban en el Pat Rafter Arena. Pero en la cancha número uno, se encontraban jugando Gustavo Fernandez y el número 1° del mundo sobre silla de ruedas, el británico, Gordon Reid. Me habían hablado muy bien sobre el británico pero nunca lo habia visto jugar. Me sorprendió su talento y rápidamente me di cuenta por qué es el mejor en su especialidad. Con sus drops shots me hizo acordar a Guillermo Coria. “Gusti”, luchó muchísimo pero poco pudo hacer y sucumbió en dos sets.

A nivel personal, debo decir que esta semana aprendí muchísimo sobre el tenis sobre silla de ruedas y debo agradecer a Fernando por su buena predisposición y enseñarnos sobre este deporte que me pareció alucinante. Es increíble la intensidad que le ponen en los entrenamientos y el nivel de tenis que pueden llegar a jugar. Es un espectáculo fascinante que debería tener mayor y mejor difusión.
